Categoría: Poesía

Después del adiós, lo que queda es incendio
nuestro amor
una candela en lo oscuro de la habitación
el desborde de un cuerpo en el otro
el tiempo como obsequio
el tacto de los ojos

Sólo a mares puedo quererte
hoy tengo en mis manos
un suave deseo:
que nuestra amistad sea
un camino interminable,
un buzón lleno de versos
un abrazo sin cuerpos.
también tengo
unas cuantas palabras
para enviarte.

Todo lo que rompen las pausas
era la noche más oscura del año
una luz había quebrado a la mitad el tiempo
el silencio pronunciaba alguna cosa
buscaba un lugar para quedarse cerca

Devenir
Hacia el declive el esplendor,
hacia el desorden los organismos,
y a la muerte y la extinción,
deben ir.
Hacia la resignación el amor,
hacia el absurdo y el olvido
los héroes y los imperios,
deben ir.

El verso
El vacío es la substancia,
es la urdimbre de lo real.
En el vacío todas las frecuencias
están superpuestas.
La omnipotencia
solo yace en la amorfidad.

Idk what to call this
Sudor interminable
mi cuerpo es una figura de cera puesta bajo calor
pierdo el tiempo mientras intento retomar el hilo que me tejía
lo único tejido son pensamientos negativos sobre el devenir, sobre mí
siento en las entrañas cada punzada de la aguja

Fuego
Si aquel fuego pereciese
debería encontrar otro quemar
otra combustión para la llaga.
El aroma del humo desatado
llama la atención de la motilidad.
No hay rastro de ceniza ni de dolor
tal vez ya no quede carne.

La hora es ahora
Son los minutos, los segundos, los relojes, el tiempo,
Son antinomias, tesis y antítesis,
Caminar sin detenerse, llevar un paso constante, un movimiento regular, exacto y parejo y sin embargo regresar… regresar a la una, dos o tres de la tarde, aunque no se sepa a dónde es que se regresa

Alusión Elusión Ilusión
En los relieves del lenguaje está forjado el mundo
y el sentido de lo dicho
es más expectactiva —más costumbre—
que contenido.
Alusión, elusión, ilusión…

El estoico
El chico de los ojos cafés no sabía ni qué hora, ni qué fecha, no sabía si sol o luna, menos sabía si vivía, si moría o si soñaba. Entre nubes una chica se acercaba, perforaba su vena y el suero viaja por el tubo transparente hasta sus venas casi invisibles. Intentaba mover los deditos de sus pies, pero no sentía ni siquiera la respiración como suya, no sentía ni siquiera la brisa oscilando de lado a lado en sus mejillas, ni el perfume de la chica, no sentía ni la aguja ni el suero, ni la vida ni la muerte, ni el sueño.